viernes, 27 de diciembre de 2013

Red Thread. Chapter VI

VI

Me quedé medio ida viendo cuerpo inerte de Luca enfrente de mi.
De no haber estado preocupada por el hecho de que se encontraba inconsciente ya me hubiera reído de él.
Cuando me recuperé de mi shock, me arrodillé a su lado e intente levantarlo, pero era un monstruo corpulento, no podía con él.
-Vamos pedazo de estiércol, levanta tu flojo trasero.- dije medio en burla, medio preocupada.
Al ver que no reaccionaba, el alcohol que estaba fluyendo por mis venas, rápidamente se desvaneció, haciéndome mas consciente.
Estrujé a Luca con todas las fuerzas que pude, pero no había respuesta, mis ojos comenzaban a llenarse de lágrimas.
Alan y Patrick intentaban ayudarme a despertarlo, al parecer a ellos también se les había quitado la borrachera, al igual que Suzie y Scout que estaban pálidas del susto.
Nadie hacia nada para ayudarnos, todos miraban ésto como si también fuera un jodido espectáculo. En mi vida había estado tan asustada, no sabía que le pasaba a mi hermano si estaba bien o no, ni siquiera había recibido cuidados médicos.
No me permití llorar, no, todavía no.
-¿Sienna, traes tu carro?- preguntó alguien a mis espaldas.
-¿Qué?- dije con una irreconocible voz, producto de un nudo en la garganta gracias al esfuerzo que estaba haciendo para no llorar.
Ian se paró enfrente de mí y repitió la pregunta.
Asentí con fuerzas y el, como pudo, paró a Luca y con la ayuda de Alan y Patrick, lo sacaron del bar casi arrastrando.
Fui por mi mochila, que estaba en los sillones e inmediatamente corrí detrás de ellos.
Al llegar a mi carro, abrí la puerta trasera y metieron a Luca como un cadáver.
Mi corazón no paraba de latir con fuerza.
Que no sea nada malo, por favor, que no sea nada malo.
Abrí la puerta del conductor y miré a los chicos con gratitud.
Ian se acercó a mi.
-Deja que te acompañe al hospital.
Necesitaba apoyo, y no estaba dispuesta a llamarle a mis papás hasta que no supiera que tenía Luca.
Asentí, me dispuse a manejar, pero sabía que no era prudente, aunque estaba muy asustada y al parecer se me había bajado la borrachera con el susto, no me sentía muy segura.
Le tendí las llaves a Ian y el comprendió al instante.


Hacía una hora que estábamos en la sala de espera del pequeño hospital de aquél pueblo, esperando que nos dieran noticias de mi hermano.
Me sentía tan débil, tan frágil, sentía que no era yo.
Mis ojos no soportaban mas el tener que estar con lágrimas, las cuales tenía que derramar, me dolían, al igual que el nudo en la garganta. Pero nada dolía mas como mi corazón, sentía que se quebraba, mientras mi mente me jugaba una mala pasada haciéndome pensar en cosas horribles acerca de Luca y la tardanza de las noticias.
Ian trataba de tranquilizarme.
-Las malas noticias vuelan rápido, Sienna. Ten paciencia, seguro tu novio está bien.
Casi pude reírme, pero en vez de éso, mi pecho dolió más.
-Es mi hermano.- dije luchando contra las lágrimas, por milésima vez en ésta hora y media.
-Lo siento mucho.- dijo.
El me miró a los ojos y suspiró.
-Debes llorar, llorar hace bien.- me dijo después de un rato.
Lo miré incrédula.
-¿Para que me tengas lástima? No gracias, estoy bien así.
El se rascó la cabeza e hizo una mueca con la boca.
-No te tendría lástima, con lo poco que te conozco se que eres una persona fuerte.- al ver mi expresión de "cállate la boca" suspiró.- ¿Quieres por lo menos un abrazo?
-No.
Miré el extraño cuadro que tenía plasmado una linda cascada, en donde había un lago y grandes superficies llenas de césped y flores silvestres, algo muy vivo para un hospital.
Me mordí el labio y abracé a Ian.
El pasó sus manos por mi espalda y masajeó en círculos, tratando de tranquilizarme.
-¿Familiares de Luca Dellepiane?
Casi empujé a Ian y corrí hacia donde estaba el doctor.
-Su hermana.- dije desesperada.
Juzgando por la expresión del doctor, el esperaba ver alguien mayor, pero suspiró y me miró con comprensión.
-Hicimos estudios de sangre y vimos que tenía una cantidad considerable de alcohol en sus venas, según hipótesis, su hermano se cayó y se golpeó la nuca, dejándolo inconsciente, además de un fuerte golpe en la cabeza.
-¿Pero está bien?- preguntó Ian robándome la pregunta.
El doctor sonrió.
-Sí. Lo hemos traído a la realidad ya está consciente.
-¿Lo puedo ver?- dije todavía mas desesperada.
-Claro.
Le di las gracias al doctor y corrí a la habitación de Luca.
Ian decidió darme privacidad y se quedó afuera.
Cuando abrí la puerta y miré a Luca acostado en ésa camilla, fue cuando me permití llorar.
No tenía la intención llorar tan escandalosamente, pero todo se fue a la borda cuando sollocé y Luca me miró.
-Oh, no no no, Sienna, ven acá.- me pidió con una voz ronca.
Me acerqué a él y lo miré.
Luca tomó mi mano y la apretó.
-Estoy bien.- dijo tranquilizándome.
-No sabes cuánto me asusté, Luca.- dijé sollozando.
-Estoy bien.-repitió.
Y ahí fue cuando toda mi furia interior salió a flote.
-¿ME DICES QUE ESTÁS BIEN CUANDO ESTAS EN UNA CAMA DE HOSPITAL CON GOLPES EN LA CABEZA POR SER UN MALDITO BORRACHO? ¡ME ASUSTÉ MUCHO, CON UNA JODIDA!- grité con todas mi fuerzas y luego me subí a la camilla para acostarme junto a él y lo abracé con fuerza.- No se que hubiera sido de mi si te hubiera perdido, por favor, no vuelvas a asustarme así.
El me despeinó y sonrió.
-No prometo nada, pero nunca dejaré a mi hermanita menor.
Sonreí.

Ésa misma noche dieron de alta a Luca, por lo que no hubo necesidad de hablarle a mis papás.
¿Para qué preocuparles si él ya se encontraba bien?
Luca se subió a mi carro y yo me quedé un rato con Ian.
No lo miré a los ojos.
-Gracias Ian, por todo.- dije algo apenada.
El sonrió y se encogió de hombros.
-No hay de qué, me alegro de haberte visto ya se me hacía que nunca te vería, pero las razones por las que estuvimos juntos no fue lo mejor.
Sonreí y le di un empujoncito.
-Sabes donde vivo.
-No soy así, soy buen chico.
Me reí.
-Enserio, algún día hay que salir sin que un hermano borracho lo impida.- dije señalando con el pulgar a Luca, que estaba atrás de mí, en mi carro.
-¿Qué te parece el sábado?
-¿Qué tienen los sábados? ¿No puede ser un martes o un Lunes?
El se rió.
-Trabajo por las tardes, pero si quieres, podríamos salir un martes después de que yo salga de trabajar.
-Depende de que horas salgas de trabajar.
-No trabajo en un stripclub, salgo a las 7.
Sonreí.
-Perfecto, pues el martes será.
-Me parece bien.- dijo y pasó una mano por su cabello.
-Nos vemos.- dije.
-Nos vemos.
Me subí al carro y me despedí de él con la mano.
-Te gusta.- dijo Luca.
-Cierra el pico, apenas lo conozco.
-Es Ian, ¿no?
-Cierra el pico, no te metas.- dije mientras me concentraba en ver el camino, no quería chocar ni nada.
Luca se rió.
-Claro que te gusta.
Negué con la cabeza.
Seguí ignorando los comentarios de Luca el resto del camino a casa.
Era ridículo, no me gustaba Ian. Debía admitir que era apuesto y agradable, una combinación muy extraña ya que los chicos guapos generalmente eran unos arrogantes y egoístas.
Comencé a pensar en la hermosa canción que había cantado, cuando caí en cuenta de algo:
¡Había hecho una escenita borracha, cantando una estúpida canción, enfrente de Ian!
Quise desaparecer.
Llegamos a casa, estacioné la chatarra que tenía de carro en el garaje y me percaté de que el pickup de Luca estaba ahí.
Mierda.
Miré a Luca, desesperada.
-Ya inventaremos algo.- dijo con toda la calma del mundo.
Se bajó del carro y caminó hacia la puerta para entrar a la casa que estaba en el garaje, mientras yo me quedaba ahí, en el asiento tratando de encontrar alguna excusa.
Suspiré, le pegué al volante, resignándome y bajé.
Cuando entré a casa, Alan y los chicos se encontraban junto a Luca. Mamá negó con la cabeza y papá frunció los labios cuando me miraron.
Scout me miró y corrió hacia mis brazos, abrazándome.
-Temí lo peor, yo creí que...- y comenzó a sollozar.
Yo le froté la espalda.
-Shh, el idiota está bien, todo ya pasó. Gracias por traer el carro de Luca.- le murmuré al oído, al parecer éso le tranquilizó que dejó de abrazarme y me sonrió, mientras secaba sus lágrimas.
Tanto los ojos de Scout como los de Suzie estaban rojos de tanto llorar, no podía imaginar mi aspecto.
Miré a Patrick y Alan que estaban mirándome. Fui hacia ellos y los abracé al mismo tiempo poniendo un brazo en sus cuellos.
-Gracias, chicos.- les dije bajito.
Alan me besó la mejilla y Patrick, dejando atrás su onda medio emo, me abrazó mas fuerte.
Suzie estaba con Luca en el sillón. Me pareció una linda escena, por lo que decidí no interrumpir y fui con mis padres, que estaban en la cocina, esperándome.
Papá fue el primero que habló.
-Tocaron a la puerta ésas jovencitas hechas un mar de lágrimas preguntando por ustedes, a los minutos, llegaron ésos muchachos con el pickup de Luca. No entendía que sucedía hasta que Suzie nos contó lo que pasó. No sabes lo...-dijo, pero mamá lo interrumpió con voz severa.
-No sabes lo que pasamos al saber que Luca estaba inconsciente quién sabe en donde, contigo y un chico que apenas conoces. ¿No pudiste haber llamado? Es una gran irresponsabilidad de tu parte, Sienna.
Me mordí el labio, quería realmente contestar, pero sabía que ellos no habían terminado. No quería meterme en mas problemas.
-Nos has decepcionado, Sienna.- dijo papá.
Bajé la cabeza intentando ocultar las lágrimas que se habían escapado de mis ojos inconscientemente, papá casi nunca me llamaba por mi nombre, siempre era Principessa, cariño, o algo así. Lo que más me dolió fué ese "Nos has decepcionado, Sienna" en tono lastimero.
No hay peor cosa que éso.
-Pero él está bien.- susurré, todavía mirando al suelo.
-¿Y si no lo hubiera estado?- dijo mamá.
Era mi turno para hablar. Limpié mis lágrimas con rudeza y miré a los ojos a mamá.
-Ni siquiera me preguntan mi versión de lo sucedido, sacan sus propias conclusiones y al final termino cargando toda la culpa, como siempre. Estoy cansada de esto, muy cansada. Y si los he decepcionado por el hecho de preocuparme de mi hermano en vez de llamarlos a ustedes para decirles lo sucedido, pues lo siento mucho,pero las cosas son como son, ya no puedo regresar el maldito tiempo.
Di media vuelta y caminé hacia la sala en donde estaban los chicos.
Suzie se dio cuenta de mi estado y me sonrió tiernamente, de ésas que dicen "todo estará bien".
Los chicos se quedaron un pequeño rato, pero al final tuvieron que irse, dejándonos solos.
Yo suspiré y fui a las escaleras.
-No fue tu culpa.- dijo Luca, siguiéndome.
Volteé a verlo poniendo los ojos en blanco.
-Córtala, ¿sí?
-No, Sienna. No hagas caso de lo que digan nuestros papás, no es fue tu culpa. Yo me embriagué y por idiota me pasó éso, tu no tienes que cargar con toda ésta mierda.
Negué con la cabeza y subí las escaleras, dejando a Luca hablando solo.
Cuando estuve bajo la protección de mi cuarto, me acosté boca abajo.
Sin quitarme ni siquiera los zapatos, quedé sumergida en un profundo sueño, en donde el protagonista era Ian.

-LizzieG.

Pd. ¡Feliz Navidad!

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